-Hagamos mejor un pequeño ejercicio. Coge esas gafas que están en la mesa. Muy bien. ¡Y ahora póntelas!
Sofía se puso las gafas. Todo se coloreó de rojo a su alrededor. Los colores claros se volvieron color rosa, y los colores oscuros se volvieron rojo oscuro.
-¿Qué ves?
-Veo exactamente lo mismo que antes, sólo que todo está rojo.
-Eso es porque los lentes ponen un claro límite a cómo puedes percibir la realidad. Todo lo que ves proviene del mundo fuera de ti, pero el cómo lo ves también está relacionado con las gafas, ya que no puedes decir que el mundo sea rojo aunque tú lo percibas así.
-Claro que no.
-Si ahora te dieras un paseo por el bosque, o te fueras a casa, verías todo de la misma manera que lo has visto siempre. Sólo que todo lo que verías estaría rojo.
-Mientras no me quite las gafas.
-Así, Sofía, exactamente así opinaba Kant que hay determinadas disposiciones en nuestra razón, y que estas disposiciones marcan todas nuestras percepciones.
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