jueves, 17 de septiembre de 2015

Por despecho (Rafael Maluenda).

-Hay corazonadas. El caso es que hasta mi "Rengo" ha hecho el camino mal; ha tropezado y cuando tropieza...
-¡Tonto!
 Y al par que se apoyaba en el brazo de su compañero. confiada, dulcemente, cogió ella la brida y hablándole con cariño se encaminaron hacia la vivienda. "El Niño" parecía no escucharla; con rápida y certera ojeada exploró la carretera en toda su dilatada extensión. Ya antes le había ocurrido en que para una batida en regla aquel camino le hubiera sido fatal, pero supo desechar tales temores parapetado detrás de su audacia de siempre.
 Por un lado se alargaba el camino interminable, entre dos filas de apretados álamos, más allá de los cuales los potreros se abrían en amplia extensión; por el otro, el recodo inmediato se aprestaba a cualquier sorpresa y era en caso de un posible peligro el único sendero seguro para escapar por sus tantas ramificaciones y lo tortuoso de su línea. 

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